Problemas de Alimentación en Niños Autistas

 
Problemas de Alimentación en Niños Autistas
 

Causas porque los niños con autismo no quieren comer o rechazan alimentos

La alimentación es un proceso sensorial complejo que involucra una amplia gama de sensaciones, que pueden llegar a ser abrumadoras o incluso aversivas para una persona con autismo. Es muy común que los padres y profesionales que trabajan con niños TEA se enfrenten a preguntas en cuanto a los hábitos alimenticios de estos pequeños, una de las inquietudes recurrentes es: “¿Por qué algunos niños con autismo no comen?”

Muchos padres están preocupados porque sus hijo con autismo se niega a comer. Entender las raíces del rechazo alimenticio es necesario para garantizar su bienestar nutricional. Encontramos varios motivos por los que las personas con autismo tengan problemas a la hora de comer y por consecuencia generen rechazo hacia la comida, pueden ser desde alteraciones físicas, sensoriales, neurológicas, inflexibilidades o rigideces hasta factores ambientales.

Por ejemplo, hay ambientes que son estresantes a la hora de comer, también pueden influir las creencias culturales. Caos en la rutina, niños que no tienen un horario para comer y pican durante el día, si el niño no tiene horarios de comidas, será muy difícil regular el hambre y la saciedad.

¿Cómo afecta el autismo en la alimentación?

Hay un alto porcentaje de niños y adultos con TEA, que manifiestan problemas alimenticios, en la mayoría de los casos, estas alteraciones son:

  • Sensoriales (híper y/o hipo sensibilidad).

  • Rigideces, rutinas marcadas, comportamientos repetitivos, que son características de este trastorno.

  • Problemas digestivos, es muy común que estas personas tengan otros problemas digestivos comórbidos.

En este artículo exploraremos todas las posibles causas porque las personas autistas pueden tener alteraciones en la alimentación.

Recomendación: Completar historial médico antes de establecer un programa de alimentación, para descartar otros trastornos alimenticios.



Alteraciones sensoriales en TEA

Cada vez hay personas con autismo que tienen reacciones sensoriales a estímulos del entorno, mostrando híper o hipo sensibilidad a muchos de ellos. Esto se debe una alteración en el cerebro para integrar la información que es percibida a través de los sentidos, del oído, la vista, el tacto, el gusto, el olfato y reaccionan mostrando mucha o ninguna sensibilidad.

Por ejemplo, pueden ser muy sensibles a ciertos sabores, olores, temperaturas, colores o texturas en los alimentos, resultando repulsivo y provocando el rechazo a muchas comidas.

  • Sabores: Algunas comidas pueden ser muy desagradables para estas personas, limitando su alimentación a un número reducido de alimentos. Esto se debe más a una cuestión de gustos y no tanto de reacciones por la alimentación.

  • Auditivas: Los ruidos intensos, agudos o continuos pueden provocar sensaciones extremadamente molestas o casi dolorosas. En la alimentación estos ruidos pueden ser los provocados por el sonido que estos hacen al ser mordidos como, los picos, pan tostado, zanahoria cruda…

  • Texturas: Muchos niños que tienen problemas de alimentación, suelen rechazar alimentos debido a su textura, está le provoca pavor con solo tocarla.

  • Visual: Es muy común el rechazo de la comida, según la forma de la presentación de los alimentos, puede ser por su color, la forma o la unión de algunos de ellos. Los alimentos más rechazados tienen colores oscuros, como verdes o morados.

  • Olfato: No es tan común, pero se ha dado el caso de niños que por el olor de la comida, se han negado a comérsela.

Hiperselectividad alimenticia autista

La hiperselectividad en la alimentación, es frecuente en personas con autismo. Se caracteriza por tener una tendencia a restringir la ingesta de alimentos a una gama muy limitada, basándose en varias características como la textura, el color, el sabor, la temperatura, comer los alimentos cocinados de cierta manera, por ejemplo, comer solo comida pasada por puré, el pollo empanado y no a la plancha. Hay muchos niños que comían más variedad de comida y han dejado de comer algunas comidas.

Otro ejemplo de hiperselectividad es comer productos de ciertas marcas, no comer alimentos que tengan un envasado diferente.

En muchos casos, la apariencia que tienen los alimentos, crea cierta sensibilidad debido a la forma en la que integran la información sensorial, hace que muchos alimentos sean rechazados.

Esta hiperselectividad puede llevar a una dieta desequilibrada y, en casos extremos a problemas de salud debido a la falta de nutrientes.

Alteraciones gastrointestinales en autismo

Algunas personas con autismo tienen una prevalencia significativamente mayor de alteraciones gastrointestinales en comparación con la población general. Alteraciones gastrointestinales comunes; gases, estreñimiento, diarrea, vómitos, dolor de estómago u otras afecciones médicas que deben ser tratadas por un médico gastroenterólogo o pediatra. Estos problemas asociados pueden crear un rechazo hacia la comida.

Por ejemplo, si el niño toma un alimento y esté le produce un malestar, puede aumentar la probabilidad de que no lo quiera probar de nuevo, para evitar el dolor que tuvo la vez anterior. A esto lo llamamos que ha condicionado negativamente un alimento.

Condicionar negativamente alimentos

Hay situaciones que pueden provocar que una persona condicione mal negativamente un alimento o una situación en la que estaba comiendo. Estas suelen ser provocada por una mala experiencia, como puede ser tener dolor de estómago después de comer, sentir náuseas con ciertos alimentos, vomitar… Tener una mala experiencia puede emparejar la comida con una situación aversiva o desagradable, creando un posible rechazo a alimentos similares, también al momento de comer o a cualquier un estímulo concreto que haya creado la situación desagradable. Ejemplos:

  • Presión para comer: Una persona que fuerza y presiona a su hijo a que se coma el alimento que no le gusta, se creara una asociación negativa con la hora de comer.

  • Comer en entornos ruidosos o caóticos, puede aumentar la sensibilidad del niño, haciéndolo más reacio a comer.

  • Experiencias dolorosas: Niños que han experimentado dolor o malestar después de comer, como el reflujo ácido pueden asociar la comida con malestar creando aversión a la hora de comer.

Estas situaciones pueden crear ansiedad y estrés en torno a la hora de comer o hacia ciertos alimentos, desarrollando hábitos alimenticios pobres y resistencia a probar nuevo alimentos.

Alergias e intolerancias en autismo

¿Qué no debe comer un niño con autismo?

Muchos padres nos preguntan ¿Qué alimentos que no deben comer los niños autistas?. No todos los niños son iguales, cada uno tiene unas características diferentes, incluso en casos de niños gemelos, encontramos que un hermano tiene intolerancia al gluten y el otro hermano no tiene intolerancias.

Que tu hijo tenga un trastorno del espectro autista no quiere decir que haya que eliminar todos los alimentos con gluten y caseína. Antes de retirar un alimento de la dieta de su hijo, consulte a su médico.

Hay una creencia sobre la intolerancia al gluten (proteína presente en granos como cebada, centeno y trigo, y en la avena debido a la contaminación cruzada) y la caseína (proteína presente en productos lácteos) en niños TEA, algunas personas presentan desórdenes en degradar estas proteínas, y añadido con una excesiva permeabilidad intestinal.

No hay evidencia empírica de que mejoren con una dieta sin gluten y caseína, excepto en casos puntuales, por lo tanto, no se puede asociar a una alteración gastrointestinal al trastorno del espectro de autismo.

Primero vamos a aprender la diferencia entre estos dos términos. Nos referimos a intolerancia alimentaria cuando tras la ingesta de uno o varios alimentos se produce un malestar, como una mala digestión o metabolización. Alergia alimentaria, el organismo de la persona no tolera el alimento y como consecuencia produce una respuesta inmunitaria, como urticaria, picazón, hinchazón de alguna parte del cuerpo…

Los alimentos principales suelen ser: leche y derivados lácteos, huevos, pescado, maíz y cereales, alimentos que contienen Gluten y Caseína.

Problemas de conducta relacioandos con la alimentaciónn en TEA

Alimentación y Problemas de conducta en TEA

Resistencia a comer sólidos

Hay niños que pasan por una etapa que se niegan a tomar sólidos. El cambio de pasar de comer alimentos triturados a comer sólidos o semi sólidos puede resultar más lento y complicado que otros niños.

Hay niños que presentan problemas de conducta por el cambio en la textura del alimento, esto es debido a que les supone más esfuerzo, como masticar, movimiento de mandíbula, además de, probar las nuevas texturas conlleva un cambio del aspecto de la comida y pueden presentar problemas conductuales por el cambio.

Alteraciones del ritmo de la comida en TEA

No masticar correctamente, puede provocar exceso de gases, dolor abdominal, digestiones pesadas, etc. además del riesgo de sobre peso que conlleva. Una medida de intervención es fijar unos horarios de comida, poniendo la comida necesaria, evitar comer entre horas y dedicar tiempo a comer con tranquilidad y dejando espacio entre cucharada y cucharada.

Rituales y manías en niños autistas

La selectividad alimentaria en autismo es muy común. Muchos niños con autismo presentan rituales a la hora de comer, siendo muy inflexibles si no usa el mismo plato para comer, los mismos cubiertos, darle el agua en diferente envase que no sea el de siempre, incluso hay casos en los que el niño tiene que comer con la misma persona.

¿Cómo son los problemas conductuales?

Los problemas conductuales en niños con trastornos de la alimentación, pueden ser desde llorar, gritar, pataletas, rabietas, pegar, tirar la comida hasta provocar el vomito. Los motivos por los que tienen problemas de conducta pueden ser variados: llamar la atención, evitar comer un alimento, no querer estar sentado, problemas de obediencia… Antes de abordar cualquier intervención, identificar la razón de los problemas de conducta y dar prioridad aquellos problemas de mayor gravedad y que ocurren con más frecuencia.

Programa de alimentación TEA

Pasos para trabajar la comida en autismo

Se recomienda que contéis con la ayuda de un profesional que os guíe cómo hacer paso a paso el programa de alimentación, en el que el profesional os dará pautas como llevar a cabo la intervención.

Al principio es aconsejable que las primeras comidas sean fuera del contexto familiar, en el caso de que sea posible. La razón es porque el niño tiene una historia de aprendizaje en casa, en el que el momento de la comida se ha condicionado negativamente, es por ello por lo que va a facilitar la intervención si el tratamiento del niño se desarrolla en otro espacio con otra persona, en la que no esté condicionada el lugar y ni la persona.

Si no podéis acceder a otro terapeuta, tener en cuenta que va a suponer un mayor esfuerzo y los resultados tardarán más en aparecer porque hay que romper con todos los hábitos, condicionaros vosotros de nuevo, los alimentos y cualquier situación aversiva anterior.

Primero realizamos un análisis del comportamiento, que nos apartará información sobre que mantienen la conducta. Las conductas pueden ser rigidez cognitiva, comportamientos inadecuados y/o desobediencia.

A continuación, abordamos las habilidades previas de cooperación y control instruccional para luego poder intervenir en el resto de conductas de problema. Por ejemplo, para que el niño colabore y responda bien, tiene que responder bien el resto del día en otras situaciones. Si queremos comenzar un programa de alimentación, y la persona no nos responde en otras situaciones por ejemplo, cuando le decimos ven o recoge, nos va a ser muy difícil que nos coopere, por ello, la ayuda de un profesional, es muy beneficiosa, sobre todo al comienzo.

Antes de abordar un programa de alimentación debemos:

  • Eliminar y reducir conductas inadecuadas: Intervenimos en conductas que se den con más frecuencia, que sean más fáciles de abordar y que nos sea posible entrenar en su entorno. Técnicas de reducción y eliminación de conducta.

  • Trabajar la cooperación. Vuestro hijo o alumno tiene que cooperar bien con vosotros.

  • El alumno o vuestro hijo debe tener unas pre-requisitas mínimas: Saber estar sentado, mirar a los ojos, mirar a otros estímulos (alimentos, objetos o lugares).

  • Hacer un plan de intervención.

  • Priorizar objetivos: Cuando nos planteamos comenzar una intervención de alimentación, uno de los criterios que tenemos que establecer es un orden de objetivos que queremos abordar. Empezando por; Implantar unos horarios de comida, ¿Qué horario de comidas?, ¿Dónde va a comer?, ¿Con quién va a comer?, ¿Qué menaje de cocina va a utilizar?, ¿Cuánta cantidad de comida?, ¿Qué alimentos vamos a empezar a introducir?, etc.

  • Condicionar de nuevo positivamente, el lugar dónde le vayamos a dar de comer.

  • ¿Cuándo intervenir? Elegimos una hora, en la que le podamos dedicar tiempo, y cuando el niño pueda tener hambre, evitar que coma entre horas para que no se sacie. No le metemos prisa, evitamos agobios y tensión.

  • ¿Qué cantidades? Ponemos la cantidad que se vaya a comer, comenzamos con cantidades pequeñas y vamos aumentando sucesivamente. El niño tiene que entender que cuando el plato este vacío la comida se acabó.

  •  ¿Dónde sentarnos? Nos sentamos en frente del niño, ponemos los estímulos y la comida en otro sitio para que este no tenga lugar a tirar o derramar.

Cuando pasamos de líquidos a sólidos, al comienzo debemos de ser pacientes porque su cara la tiene laxa (flacidez en la piel) y necesita tonificarse poco a poco, así que comerá más lento y hará que se canse con más facilidad.

No llenamos la boca del niño, dejamos tiempo para que mastique y trague, no damos otra cucharada hasta que la boca está vacía.

  • No forzar y no reñir. Evitamos que la hora de la comida se condicione negativamente, evitando el forcejeo, enfadarse o regañar, provocando una situación no deseada hacia la comida.

  • Paciencia y consistencia: Es fundamental tener buena actitud y seguridad para llevar a cabo la terapia de alimentación. La persona encargada del tratamiento tiene que estar segura de que el niño se va a comer los alimentos. Los niños pueden percibir la inseguridad y miedo. ¿Cómo trabajar los miedos en autismo?.

Como dijimos anteriormente antes de comenzar un programa de alimentación, la persona debe tener un cierto control sobre el niño y tiene que haber una buena relación entre ellos. Queremos que el niño tenga un nivel alto de obediencia y que disfrute de la presencia del instructor. El momento de la comida debe ser agradable.

  • Damos mucha importancia a la forma de dirigirse al niño. El lenguaje tiene que ser claro, directo, conciso y sencillo.

  • Creamos normas desde el principio y contratamos un reforzador antes de comer. Nos referimos a reforzador, aquellos estímulos o sucesos que en la presencia de ellos hace que la probabilidad de la conducta aumente en el futuro.

Como ya sabemos la alimentación es proceso lento, no existen tiempos estandarizados. Perder la calma o desesperarse al no ver inmediatamente los resultados deseados, puede provocar que forcemos el ritmo o que cambiemos los objetivos y al final abandonemos.

Las claves del éxito son la paciencia y la constancia. No hay una guía estandarizada, cada niño tiene unas características y ritmo diferente, por lo que se debe ir modificando la intervención y ajustarnos a las necesidades de cada niño.

Es recomendable hacer grabaciones durante la comida para ver nuestra actitud frente a la intervención. Nos servirá de ayuda para mejorar nuestro comportamiento y el del niño.

  • Ambiente:

Es esencial crear un buen ambiente para la intervención. Si vais a llevar la intervención en casa, debemos establecer nuevas normas, podemos elegir un lugar nuevo de casa, con otro menaje de cocina diferente, como un plato nuevo, cubiertos diferentes… El lugar debe ser tranquilo, sin muchos ruidos y distractores.

Comenzamos con reforzar que el momento de la comida es agradable, por lo que la exigencia será mínima. Hacemos sucesiones progresivas al sitio donde come, que se siente correctamente, puede empezar con su comida preferida cuando no llore y no haya problema de conducta y reforzando mucho la actitud tranquila.

Durante el momento comida, no puede haber reforzadores a su alcance, estos tienen que estar bajo control el instructor.

  • Registrar: Registramos antes, durante y después.

    ¿Qué alimentos le gustan más?

    ¿Qué alimentos le gustan menos?

    ¿Comía antes otras comidas que ya no las come?

    ¿Come solido o todo triturado?

    ¿Come a la misma hora?

    ¿Come entre horas?

    ¿Dónde come?

    ¿Con quién come?, ¿Come igual con todas las personas?, ¿Come mejor con uno que con otro?

    ¿Le dais algo o tiene algo mientras come

    ¿Qué ocurre cuando le ofrecéis un nuevo alimento?

    ¿El rechazo es por el sabor?, ¿la textura?, ¿el color?, ¿el olor?, ¿por todo?

    ¿Tolera comer con diferentes cubiertos, platos, vasos, personas?

    ¿Tolera trozos ya cortados, ver un trozo grande y cortarlo delante de él?

En casos en los que es evidente que existe una hipersensibilidad en el gusto, analizamos qué tipo de sabores prefiere, dulces / salados, fuertes / suaves, etc. Entonces comenzamos por los sabores más parecidos al preferido.

Una vez respondido a estas preguntas, vamos a hacer un registro diario sobre los alimentos que le vamos a trabajar, la cantidad que vamos a ofrecer y las reacciones del niño. De este modo tendremos más información de la evolución y podremos ir regulando la intervención en función de los resultados que vayamos obteniendo.

  • Reforzadores y uso del reforzador:

Hacer una lista de reforzadores según la preferencia de estos. Tienen que ser usados únicamente para el momento de la comida y por la misma persona, cada uno tiene su reforzador.

Antes de presentar la comida tener los reforzadores a mano y mostrárselos, y le explicamos que si come bien puede obtenerlos.

Podemos elegir el menaje para comer de su color preferido y de sus personajes favoritos, esto ayudará a emparejar la comida.

La entrega del reforzador se dará solo y exclusivamente, una vez que haya realizado bien la conducta, por ejemplo, toma un trozo de arroz, le damos un trocito pequeño de pollo empanado (reforzador potente). Este se debe entregar inmediatamente después de que realice la conducta.

  • Objetivos:

Vamos marcando objetivos según el nivel del niño. Cuando queremos enseñar una nueva conducta, por ejemplo, que coma un alimento o que esté sentado, describimos la conducta y la analizamos; en caso de problemas de conducta, identificamos la variable que desencadena la inflexibilidad, en el caso de enseñar una nueva conducta, comenzamos a trabajar en un punto anterior. Por ejemplo; Si el niño tolera que toque los labios con comida, comenzamos por este punto y daríamos un pasito más, que toque con la lengua la comida. Otros ejemplos;

  • Tolerar tener cerca la comida.

  • Tocar la comida con la lengua.

  • Mojar los labios con comida.

  • Acercar la cuchara.

  • Mezclar alimentos por sus colores.

  • Probar una cucharada de alimentos sólidos aplastados.

Los niños que presenten problemas de conducta en el proceso de pasar de alimentos triturados a sólidos:

Introducir alimentos aplastados con tenedor para que tengan más espesor e ir aumentando el espesor del triturado, introduciendo pequeñas cantidades de comida de forma progresiva. Si el niño no mastica nada, el proceso suele ser más largo y lento, por lo que se hará más progresivamente.

Es recomendable que paralelamente a la intervención de alimentación se trabajen con otros profesionales como logopedas o maestros de audición y lenguaje. Estos pueden ayudar a ejercitar la musculatura orofacial mediante masajes, ejercicios y praxias faciales.

Bibliografía

Virginia Montañez Soto

Diplomada en educación especial, Máster en autismo, Máster en terapia ABA (Análisis Aplicado de la conducta), Máster en rehabilitación del habla y del lenguaje. Con más de una década de experiencia, desarrolla su actividad en la modificación de la conducta, rehabilitación del habla y lenguaje, en autismo y en mejorar la calidad de la persona y de sus familiares.

Fundadora y directora de Tu Conducta.

https://www.tuconducta.com
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